Es un tipo de comunidad cohesionada, formada por un conjunto de individuos que se unen para convivir, con un modelo inteligente, tecnológico y bien organizado en torno a un proyecto de vivienda especial por su forma de entender la relación entre vida privada y común, altamente sostenible, autopromovida y autogestionada.
Tanto el nombre como su definición no están establecidos con precisión, ni hay un consenso claro de su alcance, por tanto, adoptaremos la palabra covivienda y aceptaremos la definición acuñada por Charles Durret y Katheryn McCamant en su ya clásico libro “Cohousing: a Contemporary Approach to Housing Ourselves” de 1.998. Hace referencia “aquellas viviendas colaborativas en las que los residentes participan de manera activa en el diseño y gestión de su entorno. Contexto, en el que se combinan, los espacios privados con las ventajas de espacios y recursos compartidos en comunidad”, en el que establecen cuatro características que lo diferencian de los demás modelos similares:
• Diseño de contacto social (SCD por sus siglas en inglés): Es un diseño físico que fortalece el sentido de comunidad.
• Amplias áreas comunes: Las áreas comunes son importantes porque su objetivo es ser utilizadas diariamente.
• Los residentes participan completamente en todos los procesos de contratación, producción y seguridad.
• Los estilos de vida son necesariamente colaborativos, en donde se ofrezcan redes de apoyo, seguridad y sociabilidad.
El concepto moderno nace en Dinamarca y Holanda en los años 60-70, pasando posteriormente a otros países del norte de Europa y a Estados Unidos, donde se formaliza el nombre genérico cohousing para definir esta forma de organización del modo de vida y concepción de la vivienda.
A nivel conceptual, al definir covivienda, podemos identificar tres dimensiones: por un lado, la física o arquitectónica, que hace referencia al inmueble y su distribución, por otro, la social que hace referencia a la dimensión comunitaria, de gestión y de participación de sus miembros, y por último la prestacional tanto a nivel tecnológico, de servicios como de recursos.
La covivienda se plantea como una alternativa a las opciones residenciales actuales, une las ventajas de los entornos residenciales con la privacidad de la vivienda. Se puede concebir con una elevada calidad, con amplias prestaciones, un alto nivel participativo y enormemente sostenible. Nace como respuesta a una necesidad humana universal y básica: el deseo de pertenecer a una comunidad (pueblo, aldea, barrio, clan) que facilita y apoya la autonomía de sus miembros, donde cada persona es un miembro útil para el colectivo, con las ventajas implícitas que esto conlleva en lo que respecta a la salud tanto física como mental de sus habitantes. La covivienda permite que las personas decidan cómo, dónde y con quién quieren vivir.
Es una evidencia que cada vez vivimos más tiempo y, desafortunadamente, más solos. No hace muchos años, la vejez transcurría en casa de los hijos o familiares más allegados. Actualmente muchas personas optan por envejecer en su casa, gracias a que cada vez tenemos acceso a más comodidades y servicios, pero eso no deja de convertir a las casas en jaulas de oro para las personas mayores, la última alternativa disponible se dirige a las actuales residencias de ancianos con la problemática que todos podemos intuir.
En un futuro muy cercano, en una sociedad cada vez más fragmentada y vertiginosa, con menos descendientes, donde muchas de las amistades enferman o fallecen, los vecinos pasan a ser desconocidos, la vida urbana se transforma y se hace cada vez más incomoda y agresiva, el contacto con los familiares o seres queridos es bastante ocasional o en el mejor de los casos virtual, la sociedad condena a gran parte de las personas a envejecer en entornos que no son adecuados a sus circunstancias, sin independencia, sin autonomía, sin alicientes y en soledad. Por eso es cada vez más frecuente que muchas personas se planteen como quieren que sea la última etapa de su vida y busquen alternativas de vivienda para su jubilación.
En la covivienda se prioriza la convivencia, la cooperación entre los residentes y fomenta las relaciones sociales, compartiendo conocimientos con los demás, aprendiendo nuevas cosas y desarrollando todas nuestras capacidades, hasta el punto de que el propio diseño del espacio busca fomentar la interacción y generar vida comunitaria a través de espacios y recursos propicios para ello. La participación en el diseño y/o gestión de sus miembros son características básicas de su funcionamiento. Por otra parte, mirándolo desde un prisma económico y de consumo, este tipo de comunidades llevan aparejadas un importante ahorro de costes y la promoción de un consumo responsable.
Podemos resumir las características de la covivienda como sigue:
• Personas afines. Valores y objetivos comunes.
• Evita el aislamiento y anonimato social. Asimismo, contribuyen a desarrollar una vida más plena y activa.
• Ofrece una posibilidad mayor de atención y cuidados personalizados, disminuyendo la demanda de servicios sociales y de salud.
• Diseño orientado a la comunidad (zonas comunes), pero centrado en el individuo (viviendas privadas).
• Gobernanza. Participación de los miembros en la planificación, diseño y desarrollo de la comunidad, pudiendo subcontratar servicios o delegar la gestión.
• Equidad. No hay estructura jerárquica, todos tienen los mismos derechos.
• Viviendas sostenibles. Reduciendo el consumo energético, utilizar fuentes renovables y reutilizar los residuos.
• Precio equilibrado. Debido a la promoción y gestión propias y optimizar gastos comunes, representa una interesante inversión en capital social.
• Inversión recuperable. Si algún socio quiere abandonar el proyecto, recupera la inversión inicial y su plaza es ocupada por otro miembro. En el caso de fallecimiento, son los herederos quienes reciben la cantidad de dinero aportada por el socio.
Tipos de Coviviendas.
Hay coviviendas de muchos tipos:
• En función de los aspectos arquitectónicos. Urbanas y rurales. Por su ubicación, en interior, playa o montaña; en edificios nuevos o en rehabilitados. Las casas pueden ser de tipo unifamiliar, adosado o en bloque. Los espacios comunes estar agrupados, repartidos por grupos o en planta. En su urbanismo se puede formar en plaza, calle o mixta.
• En función del régimen administrativo. Cesión de uso, régimen de uso (cada participe elige los servicios que desea utilizar), familia de mayores, comunidad de bienes.
• En función de los objetivos fundacionales, existe una gran diversidad de coviviendas: como la crianza compartida, la integración social, el disfrute de la jubilación, la vida en la naturaleza, o ser el leitmotiv la ciencia, el arte o la cultura.
• En función de la edad, intergeneracionales, de edad similar (juvenil, senior) o de tipo familiar, entre muchos otros.
Modelo de gestión.
Siempre que nos planteemos un proyecto de covivienda es necesario un estudio de la normativa (especialmente en España por la disparidad normativa entre comunidades autónomas), a la hora de escoger la fórmula jurídica más adecuada para la implantación del modelo de gobernanza, de funcionamiento y gestión de los derechos y obligaciones de los participantes, así como la titularidad de la propiedad.
Podemos definir proyectos con una naturaleza pública, privada o mixta. La forma de tenencia puede ser alquiler, propiedad o cesión de uso. La titularidad individual, colectiva o de terceros, con la posibilidad de división horizontal o no. La financiación con recursos propios o externos.
Existe una variedad denominada aparcería urbana, en la que los edificios que se alquilan son lugares singulares, en desuso, abandonados o un tanto deteriorados, tanto públicos como privados (ver ejemplos en la imagen).
Básicamente hay varias formas de plantear la covivienda:
• Cooperativa, en la que la cooperativa es la propietaria o tenedora del contrato de alquiler y las personas tienen derecho de uso indefinido (cesión de uso). Se puede plantear otras fórmulas en función de los estatutos que se aprueben.
• Comunidad de bienes, en este caso, un grupo de personas se agrupa para acceder a la compra de un terreno o una infraestructura y poder vivir allí. Este régimen suele plantearse si existe una estrecha confianza entre los participes. Tiene un régimen fiscal diferente al de la cooperativa.
• Familia de mayores, en este tipo, un grupo de personas adquiere una vivienda clásica de tipo unifamiliar, pero con unas dimensiones más grandes. Es el tipo de régimen más sencillo, y está pensado para una cantidad de miembros muy reducida. No es necesario realizar ningún trámite especial.
• Sociedad anónima o limitada, la sociedad es la propietaria o arrendataria y los participantes sus socios. Puede alquilar el uso o transferir al participante la propiedad de la vivienda y quedarse con la propiedad de las zonas comunes. Puede también establecer una comunidad de propietarios accediendo al Régimen de Propiedad Horizontal (RPH).
• Promotoras de coviviendas, los participantes acceden a un proyecto “llave en mano” y negocian con la promotora la fórmula de cesión, el alquiler y/o su adaptación al RPH.
Prácticamente en toda Europa, la forma más habitual de propiedad es la cooperativa de viviendas con cesión de uso. Esto significa que el inmueble pertenece a la comunidad, pero que sus habitantes tienen derecho a vivir en él y a utilizar los espacios comunes de por vida. Este usufructo vitalicio se puede dejar en herencia o venderse a través de la cooperativa, facilitándose así los cambios de residencia, evitándose la especulación y la entrada de participantes no deseados.
Este modelo permite a los socios el control, gestión y gobernanza de la cooperativa por los medios que en sus estatutos se definan, además cuenta con las ventajas y beneficios fiscales que la legislación ofrece a esta tipología jurídica, entre otras un acceso más fácil a suelo público.
El Régimen de Propiedad Horizontal es una alternativa jurídica posible en el que se tiene la propiedad individual del espacio privado y la propiedad compartida de los espacios comunes, regulado también por unos estatutos particulares.
El Proyecto.
Solventado el tipo y el modelo de gestión de covivienda que queremos para nuestro grupo es hora de abordar el proyecto, para ello plantearemos diferentes aspectos a tener en cuenta:
• Análisis Climático. La península Ibérica presenta una gran variedad de climas debidos a su situación geográfica y a su orografía. Se encuentra situada en el límite sur de influencia del frente polar, también se encuentra en el límite norte de acción de las zonas de altas presiones. La descripción de los climas de la península no está exenta de cierta polémica, pero parece haber cierto acuerdo en distinguir tres grandes zonas climáticas, que son: atlántica, continental y mediterránea. En cada zona se detectan importantes diferencias, motivadas por su situación geográfica y por la influencia del relieve.
Los factores que influyen en el clima de la Península Ibérica están condicionados por dos tipos de factores: físicos o geográficos y dinámicos o atmosféricos.
Se puede realizar un estudio muy completo y preciso de las características, ventajas e inconvenientes de cada tipo de clima, así como de cada zona geográfica de la península, a prueba de ejemplo comentamos lo siguiente:
Vivir en el norte de España: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra.
Destacan sus paisajes verdes y nutridos, su gran amplitud de zonas naturales y rurales, su cercanía al mar y en general cuenta con una destacable buena economía, goza de una temperatura moderada con contrastes verano-invierno. En resumen, puedes obtener naturaleza, tranquilidad y buena calidad de vida.
Vivir en el este: Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Murcia.
Su gran baza es la climatología, la mejor que tenemos en nuestro país, es una zona donde se vive con tranquilidad, sobre todo en el interior y tiene una gran masificación turística en la costa, su paisaje es mucho más agreste y seco. El nivel de vida es más asequible.
Vivir en el sur de España: Andalucía.
Por la alegría sin igual de sus habitantes, sus tradiciones y cultura, por sus costas amplias, variadas, llenas de fiesta y vida, su interior es muy rico y con grandes contrastes, a futuro las olas de calor pueden ser un importante problema.
Vivir en el interior: Castillas, Extremadura, Madrid, Aragón, La Rioja.
La buena comunicación con otras regiones, el clima seco para todos aquellos que no podrían vivir en un lugar con clima húmedo, la inmensa variedad de su mundo rural. La conexión con toda la península y con Madrid y sus infinitas opciones.
• Análisis de ubicación. Si te preocupan problemas como la contaminación o el estrés, puede que pienses que cambiar la ciudad por el campo podría mejorar tu vida no solo en términos de felicidad, sino también de salud. Sorprendentemente no abundan los estudios científicos que puedan ayudarnos a determinar cuáles son realmente los entornos más saludables para vivir, y a medida que los investigadores comienzan a deshilvanar las relaciones entre el bienestar y el ambiente, descubren que más y más factores contribuyen o reducen los beneficios de un entorno determinado, así que no es fácil determinar si es más saludable vivir en una metrópolis con millones de habitantes o en una playa desierta.
Vivir en la montaña.
A favor: La calidad del aire es mejor en la montaña que en la playa, básicamente porque la vegetación es mucho más abundante. La vida transcurre más pausadamente, menos masificado y funciona más en consonancia con la naturaleza. El precio de la vivienda es, en general, más accesible en consecuencia puedes disponer de más espacio vital.
En contra: Si no te gusta la tranquilidad, no vivas en montaña, ni el estilo de vida ni el clima acompañan a quién prefiera un ritmo de vida más acelerado. Las posibilidades son más limitadas. En los pueblos de montaña hay variedad de productos y servicios, pero no tanta como en las ciudades. En determinados puntos la contaminación puede ser superior, esto se debe, a que los vehículos funcionan de manera menos eficiente en altitud, así que emiten más hidrocarburos y CO2, y el daño se incrementa con la radiación solar que hay a esas alturas.
Vivir en la playa.
A favor: Puedes disfrutar de la playa todo el año. El clima es mucho más suave, ni mucho frío ni demasiado calor. En la playa siempre hay más “vidilla”, porque el clima y el mar atraen a la gente, la fiesta y el divertimento. El mar tiene muchos beneficios para la salud (Mayor bienestar en articulaciones al caminar por la arena de la playa, la ionización de la brisa marina junto con el sonido de las olas y las puestas de sol provoca un aumento en los niveles de serotonina, el cual es un neurotransmisor que nivela y ayuda a regularizar la cantidad de estrés y ansiedad en las personas, nos hacen sentir tranquilidad y, por tanto, reducen nuestro estrés. El yodo que se respira al vivir cerca de la playa le da al cuerpo el extra que necesita para disminuir la aparición de infecciones respiratorias y oculares. La cantidad de oxígeno que se respira es mayor, esto facilita la oxigenación de los órganos y tejidos del cuerpo, que se traduce en una presión arterial mejor controlada,).
Luego están los beneficios psicológicos. Un estudio arrojó que quienes tenían vista al mar registraban menores niveles de trastornos psicológicos. Por cada 10% más de azul que la gente podía ver, los investigadores descubrieron que disminuía en un tercio la puntuación promedio de una población en la escala de malestar psicológico de Kessler, que se usa para predecir trastornos de ansiedad y de humor.
En contra: El precio de la vivienda suele ser más elevado en la playa. Masificación, las zonas de playa son todas zonas turísticas. La humedad es alta, se genera más condensación en verano, ya que la temperatura en el mar sube.
Vivir en el campo
A favor: En términos generales, los espacios verdes tienden a gozar de menores niveles de contaminación en el aire, menor contaminación acústica producida por la actividad humana y de su capacidad para refrescar el ambiente. Cuando paseamos por el campo nuestro ritmo cardíaco y nuestra presión sanguínea tienden a bajar reduciendo los niveles de estrés. También producimos más «células asesinas» naturales: linfocitos que recorren el cuerpo a la caza de células cancerosas o infectadas con algún virus.
Desde una perspectiva evolutiva, también asociamos lo natural a los recursos que necesitamos para sobrevivir. De hecho, quienes viven en el campo suelen ser menos obesos, presentar un menor riesgo de suicidio y menos probabilidades de morir en un accidente. Son más felices en la vejez y, en general, viven más.
En contra: Hay insectos y arácnidos portadores de enfermedades que pueden contrarrestar los beneficios a la salud que tendría residir en el campo. Hay lugares donde el medio rural registra una contaminación que supone un peligro mayor que en la ciudad, esto se debe a que pueden respirar aire contaminado por la quema de rastrojos, madera o estiércol de vaca. Los incendios forestales causan caos en la calidad del aire, mientras que la contaminación de los fertilizantes que se usan en agricultura también está dañando la calidad del aire.
• Diseño urbanístico. Busca interpretar la relación entre las personas, el edificio, el espacio libre y el entorno urbano donde se ubica. Para ello será necesario tener en cuenta una serie de consideraciones: climatología, ubicación, diseño, escala, densidad, apariencia y paisaje. El diseño urbano exitoso requiere una comprensión completa de las condiciones del entorno y de las características del grupo para tomar decisiones.
• Diseño arquitectónico. Busca identificar las necesidades del usuario, mediante un proceso lógico y científico y con ello elaborar de manera estética, cómoda y útil una propuesta para que pueda ser construida. Estos espacios deben buscar equilibrar el lado sostenible, tecnológico, funcional y estético. Es importante que durante el diseño arquitectónico se tenga en cuenta el uso que se le pretende dar al lugar, así como las preferencias de los partícipes.
• Aspectos técnicos. A la hora de diseñar el edificio es necesario contemplar todas las instalaciones clásicas (eléctrica, iluminación, fontanería, climatización, ventilación, comunicaciones, seguridad, incendios, etc.) y plantearlas utilizando todos los recursos que nos ofrece la actual tecnología. Por otro lado, y dado las especiales características del grupo (covivienda personas mayores) será necesario tener presentes otros factores dotacionales que debe incluir el proyecto (adecuación del confort, humedad, ventilación, luz natural, orientación, dotación sanitaria, entre otros).
La humedad ambiental es uno de los parámetros a considerar para mantener un ambiente confortable y saludable en las diferentes estancias del hogar, este se regula mediante un sistema inteligente de ventilación que ayuda a evitar las concentraciones elevadas de humedad.
La luz natural aporta bienestar, calidez y calidad de vida a cualquier vivienda, además de proporcionar al edificio un encanto especial. Los espacios con una buena iluminación natural se perciben más amplios y confortables, también es muy significativo el impacto que tiene sobre la eficiencia energética de la vivienda.
La Orientación de la vivienda tiene un reflejo directo sobre el ahorro energético e, incluso, puedes utilizarlo en beneficio del diseño y decoración de interiores. Los criterios que definen una buena orientación van desde el clima y la orografía de la zona, a la distribución de espacios, pasando por las necesidades o los gustos personales de cada uno.
Orientación sur: es perfecta si tu casa está ubicada en un lugar con clima frío, además de que proporcionará a tus ambientes una gran luminosidad y calidez. Orientación norte: la principal ventaja tiene que ver con el hecho de que proporciona una iluminación homogénea a lo largo de todo el día, es una opción si tu casa está localizada en un lugar de clima especialmente cálido. Orientación este oeste: la incidencia del sol se limita a las mañanas o las tardes, esta orientación puede ser una alternativa factible a la orientación sur, sobre todo, si vives en climas cálidos.
• Edificio inteligente: es aquel que dispone de un conjunto de sistemas avanzados y automatizados, que regula las instalaciones del hogar, consiguiendo infinidad de comodidades a todos sus habitantes. Permite controlar y monitorizar cualquier función del hogar: iluminación, estanqueidad, temperatura, seguridad, calidad del aire, entretenimiento, seguimiento sanitario y de alimentación, mantenimiento, etc.
Los edificios inteligentes pueden: producir ahorros de energía (gracias a la integración y gestión de sensores inteligentes en múltiples ubicaciones del edificio), promueven la sostenibilidad y protegen el medio ambiente. Gracias a los “macrodatos”, tenemos acceso a mejores conocimientos (las tecnologías inteligentes identifican tendencias y descubren oportunidades de optimización de edificios). Mejoran la salud y seguridad de sus ocupantes, consiguiendo una mayor calidad de vida de sus ocupantes (facilitan la vida de las personas mayores, o con una difícil condición física). Mantenimiento predictivo. Mejor uso del espacio (la experiencia de sus habitantes es más agradable y fluida).
El “Internet de las Cosas” (IoT, sus siglas en inglés) es un conglomerado de dispositivos inteligentes habilitados para la web que utilizan sistemas integrados, como procesadores, sensores y hardware de comunicación, para recopilar, enviar y actuar sobre los datos que adquieren de sus entornos. El IoT, combinado con la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático, puede ayudar a que la recopilación de datos sea aún más eficiente y fácil.
• Vivienda Sostenible: Una vivienda sostenible es aquella que intenta minimizar al máximo el impacto de su construcción sobre el medio ambiente y que tiene como objetivo reducir el consumo energético aprovechando los recursos del entorno y fomentando el reciclaje. En este sentido, una vivienda sostenible cuida todo el proceso de construcción: desde los materiales que se utilizan hasta las actividades rutinarias de sus habitantes para ser lo más respetuosa posible con el medio ambiente y lo más independiente energéticamente hablando.
Para poder afirmar que una vivienda es sostenible hay que tener en cuenta varios elementos:
La ubicación. Tanto la ubicación como la orientación de una vivienda sostenible debe sacar siempre el máximo provecho de las condiciones naturales del entorno como la luz o el agua con el objetivo de reducir la demanda energética.
Los materiales de construcción. La vivienda sostenible debe construirse con materias primas adecuadas y adaptadas a su entorno que sean aislantes como la piedra, la madera, el corcho o el PVC poniendo especial atención en las ventanas, ya que es uno de los lugares por el que más energía se pierde.
Fuentes de energía renovables y limpias. Se puede conseguir instalando placas solares o con sistemas de calefacción eficientes como los suelos radiantes. Del mismo modo, es importante dotar a una vivienda sostenible de sistemas de reciclaje eficientes en la gestión del agua, por ejemplo.
Buena ventilación. Fundamental para fomentar la estanqueidad del aire.
Habitabilidad de la vivienda. Instalación de electrodomésticos eficientes clasificados con la etiqueta energética, ya que ahorran hasta un 50%. También es importante una iluminación de bajo consumo.
Podemos resumir que, en cualquier lugar de la península, tenemos un conjunto de características comunes: su gastronomía (dieta mediterránea), productos de primer orden, la gran riqueza histórica y cultural de sus pueblos, ciudades, monumentos y edificaciones y la gran calidad humana de sus habitantes.
Según lo visto, no está claro las ventajas de un determinado sitio, así que como en el medio está el equilibrio, la propuesta es buscar un sitio en el campo, muy cerca del mar (< 1,0 Km) al lado de una ciudad importante (< 15 Km) y cerca de la montaña (< 10 Km). Por ultimo si alguno esta interesado en formar una covivienda que se ponga en contacto.