Siempre que surge un tema de estas características, todos nos mostramos muy positivos y optimistas, empezamos a fantasear de cómo podría ser el mundo con el descubrimiento de vida extraterrestre y sobre muchos de los aspectos que podrían rodearla, como la posibilidad de que contactemos con ellos, de cómo será su tecnología o ciencia. Lamentablemente, si queremos hablar con propiedad de la vida extraterrestre, no nos queda más remedio que adentrarnos en el mundo de la ciencia ficción y las hipótesis. No hay otra opción, porque no tenemos ninguna base científica sobre la que comparar lo que podemos plantearnos.
La ciencia en el último siglo ha expandido el universo a cifras incomprensiblemente gigantescas, pasando de ser una bóveda celeste con unas pocas decenas de miles de estrellas a tener un universo en expansión con más de cien mil millones de galaxias y cada una de estas galaxias con más de cien mil millones de estrellas y en las próximas décadas pasaremos de la actual lista de unos pocos cientos de exoplanetas, a decenas de miles de planetas (solo en nuestro entorno), algunos del tamaño de la Tierra, gemelos casi idénticos de nuestro hogar.
Los científicos trataran de descubrir si alguno de estos planetas, puede albergar vida, tal vez algunos con civilizaciones más avanzadas que la nuestra. Aunque es imposible predecir las características exactas de tales civilizaciones, a grandes rasgos se pueden analizar utilizando las leyes de la física. No importa cuántos eones nos separen, esas civilizaciones también deben cumplir con las leyes de “hierro” de la física, en especial las leyes en el campo de la Teoría Cuántica, Relatividad General, Termodinámica, etc., leyes que hemos determinado hasta el punto en el que podemos explicar el comportamiento del cosmos desde el mundo subatómico hasta la estructura a gran escala del universo.
Un poco de OVNI´s.
Si queremos hablar de vida inteligente en el universo, inevitablemente tendrá que aparecer en algún momento las palabras “Extraterrestre”, “Platillo volante” u “OVNI”, relatemos brevemente los orígenes y el alcance de estas palabras y abandonamos rápidamente este tema.
Después de la II Guerra mundial (1.945) y del impresionante despliegue de nuevas y nunca vistas tecnologías armamentistas, como el Messerschmitt Me 262 primer avión a reacción, las famosas V1 y V2 (Vergeltungswaffe 2) primer misil balístico, o la más espeluznante de todas, la primera bomba atómica sobre Hiroshima. La opinión publica creía en casi cualquier cosa, y estaba dividida entre los optimistas que pensaban que todo era posible, lo atómico se empezó a utilizar en todos los entornos, con gran euforia y con un halo de poder infinito, (algunos recordamos los famosos dibujos “la hormiga atómica”). En el otro lado estaban los pesimistas, alimentados por el secretismo y oscurantismo de la URSS y su potencial de destrucción atómica, hasta el punto, que medio mundo miraba al horizonte con miedo, la prensa advertía que, en cualquier momento, unos cohetes equipados con cabezas nucleares aparecerán volando sobre nuestras cabezas.
En este ambiente de paranoia social un piloto civil, en junio del 47, comunica lo que pasaría a la historia como el primer avistamiento documentado de un platillo volador. El término “platillo volador” se popularizó debido a un error periodístico [1]. Como consecuencia de esta confusión de un periodista nació el chascarrillo: ”…Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas y extraterrestres que han visitado la Tierra han tenido que rediseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de un periodista en un diario local de Estados Unidos del año 47…”.
Pese al error, las informaciones sobre ingenios aeronáuticos con forma de platillo aumentaron considerablemente. El término objeto volador no identificado (OVNI) o en su versión en inglés (UFO), fue acuñado en 1.952 por Edward Ruppelt [2] director de programas de la Fuerza Aérea de los EEUU y se refiere “a la observación de un objeto volador, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación”.
[1] Declaraciones del piloto:, Dijeron que yo había dicho que eran “como platillos”, cuando lo que yo dije fue que “volaban al estilo de un platillo”», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1.950.
[2]Se especulaba que el ejército estadounidense estimulaba estas noticias con el objetivo de crear una pantalla para sus pruebas armamentísticas experimentales.
El mundo científico también estaba influenciado por este ambiente, pero sobre todo por los grandes descubrimientos en astrofísica que se estaban produciendo, como los realizados por Edwin Hubble en el observatorio del Monte Wilson, estableciendo que el universo estaba en expansión, y lo más espectacular, demostrando que el universo no solo estaba compuesto por nuestra galaxia denominada “vía láctea”, sino por múltiples galaxias lejanas. De un plumazo el universo se hizo cientos de miles de millones de veces más grande. Los científicos se empezaron a plantear de una manera mas racional, la gran pregunta ¿estamos solos?
La paradoja de Fermi: ¿Dónde está todo el mundo?
En el verano de 1.950, Fermi estaba trabajando en el Proyecto Manhattan cuyo fin era el desarrollo de la bomba atómica, estaba pasando un día junto a otros tres colegas, y salió a colación la posible existencia de civilizaciones extraterrestres presentes en nuestra galaxia (era un momento en que la sociedad estaba obsesionada con la vida extraterrestre. Fue la época de más avistamientos OVNI de la historia, de relatos de ciencia ficción y conspiraciones sobre alienígenas). Como no podía ser de otra manera, Fermi se mostró entusiasmado con la cuestión y entre los cuatro pudieron hacer un planteamiento parecido a esto:
• Tenemos más de 300.000 millones de estrellas en nuestra galaxia. Muchas de ellas similares a nuestro Sol y muchas de estas son mucho más viejas que nuestro Sol.
• Seguro que algunas de esas estrellas tienen planetas que pueden soportar vida.
• En muchos de esos planetas con vida se darán las circunstancias y características de estabilidad que hayan permitido el desarrollo de vida inteligente.
• El universo tiene casi 14.000 millones de años. Es tiempo suficiente para que los pobladores de esas estrellas desarrollen la tecnología necesaria para explorar y colonizar la galaxia.
• Algunas de esas civilizaciones habrán sobrevivido en el tiempo y habrán avanzado tecnológicamente tanto como para afrontar viajes espaciales.
• Aunque no se puedan mover a la velocidad de la luz ni superior, han tenido el tiempo suficiente de llegar a la Tierra.
Si todos estos puntos son correctos, deberíamos de haber tenido constancia inequívoca de la visita de extraterrestres. Como no es el caso, Fermi se preguntó: ¿Dónde está todo el mundo? Desde ese momento a esta pregunta se la conoce como La paradoja de Fermi que puede resumirse de la manera siguiente: “es la aparente contradicción que hay entre la alta probabilidad de no estar solos en nuestra galaxia y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones”.
El propio Fermi barajaba algunas soluciones a su paradoja:
• Toda civilización avanzada en la galaxia desarrolla con su tecnología el potencial de exterminarse, tal y como percibía que estaba ocurriendo en su época (bombas nucleares).
• Es posible que aún estemos en los inicios de nuestra exploración espacial, y por eso no hayamos encontrado nada, apenas llevamos un siglo.
• También es posible que encontremos algún rastro de vida extraterrestre y lo pasemos por alto. Tal vez en el Cosmos haya formas de vida tan distintas a la nuestra, que ni siquiera seamos capaces de reconocerlas.
Ecuación de Drake.
El radioastrónomo Frank Drake, que dedicó una buena parte de su vida (y su ingenio) a la búsqueda de vida extraterrestre, primero con el Proyecto OZMA y más tarde, con el conocido SETI. Planteo en 1.961 una fórmula matemática pensada para estimar la cantidad de civilizaciones extraterrestres que existen en nuestra galaxia capaces de emitir señales de radio. Fue aceptada por la comunidad científica como una de las primeras aproximaciones teóricas a la búsqueda de otros seres inteligentes fuera de la Tierra.
El resultado de esta ecuación depende de varios factores probabilísticos, de los cuales no tenemos una información científica sólida para determinarlos, así que el resultado de la ecuación puede tener unas oscilaciones enormes y depende básicamente de lo optimista que sea el científico en cuestión. He visto estudios en los que cifran esas civilizaciones en 1 y otros en 1.500 millones de civilizaciones.
Posteriormente se ha reformulado esta ecuación en multitud de ocasiones, como el caso de la astrofísica Sara Seager que propuso en 2.013 una versión paralela a la ecuación de Drake para estimar, en su caso, el número de planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia. En vez de pensar en señales de radio (es decir, en civilizaciones con tecnología avanzada) Seager adaptó esta ecuación para centrarse únicamente en la estimación de presencia de vida.
Escala Kardashev.
En un artículo publicado en 1.964 en el Journal of Soviet Astronomy, el astrofísico ruso Nicolai Kardashev formuló, mientras buscaba signos de vida extraterrestre en señales cósmicas, una escala para medir el avance tecnológico de una civilización. Dicha escala está basada en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar. Kardashev sabía que cuanto más crece y avanza una civilización más aumenta su demanda de energía, (como referencia podríamos decir que actualmente la humanidad consume 10¹³ W), esto es debido a su crecimiento poblacional y a las necesidades energéticas de sus diversas máquinas y dispositivos.
La escala que inicialmente definió tenía tres categorías, llamadas de tipo I, II y III.
• Tipo I: Una civilización capaz de aprovechar toda la energía potencial de un planeta, aproximadamente 10¹6 W. Un planeta de Tipo I implicaría la existencia de una metrópolis unificada, una gigantesca aldea global. Asimilada a la serie de ciencia ficción “The Expanse”.
• Tipo II: Una civilización capaz de aprovechar toda la energía potencial de una estrella, aproximadamente de 10²6 W. Asimilada a la serie de “Strar Trek”.
• Tipo III: Una civilización capaz de aprovechar la energía potencial total de una galaxia, aproximadamente de 10³6 W. Esta clasificación es muy variable, ya que las galaxias varían ampliamente en tamaño, forma y calor emitido. Asimilada a lo que conocemos en el universo de “La guerra de las galaxias”.
Otros científicos han ampliado la escala a otros hipotéticos escenarios. También se han propuesto otras métricas en vez del uso de energía, tales como «control o dominio» de un planeta, sistema estelar o galaxia, o teniendo en cuenta la cantidad de información controlada por una civilización.
• Tipo 0: Una civilización que únicamente aprovecha la energía y materias primas que extrae de materia orgánica y recursos naturales tales como, la madera, el carbón o el petróleo (situación actual de la humanidad).
• Tipo IV: Una civilización capaz de aprovechar la energía de todo el universo, convirtiéndola en una civilización claramente indestructible y utópica.
• Tipo V: Una civilización capaz de aprovechar la energía de múltiples universos. Hablamos de Teoría de cuerdas, metafísica y manipular la estructura misma de la realidad.
• Tipo VI: Es una civilización incluso más abstracta e incomprensible que la anterior, esta civilización existe fuera del tiempo y del espacio, tiene la capacidad de crear universos y multiversos fácilmente y destruirlos igual de rápido.
Si asumimos esta escala, actualmente la humanidad se encuentra en transición entre una civilización Tipo 0 a Tipo I, ya se pueden ver las semillas de una civilización de Tipo I, en algunas de las características que nos rodean. Hoy es igual de fácil, rápido y económico hacer una llamada a una persona que este al otro lado de mi calle o en las antípodas, las comunicaciones ya son de Tipo I (Internet es un sistema de comunicación global).
La economía financiera ya es de Tipo I, hoy si tienes interés puedes comprar desde tu casa cualquier producto financiero, en cualquier de los mercados mundiales. La economía productiva, gracias a la globalización, se acerca a gran velocidad a Tipo I, no salimos de nuestro asombro cuando vemos artículos tan insignificantes como un palillo de dientes en las tiendas de nuestro barrio, con la etiqueta “Made In China”.
En lo político el mundo se organiza alrededor de 4 o 5 grandes bloques: La UE con sus 27 países, el Tratado T-MEC (Tratado de Libre Comercio que abarca Méjico, EE. UU. y Canadá). La Unión Económica Euroasiática (UEE) se inició como un proyecto de integración económica y aduanera, formada entre países de la antigua URSS. El RCEP (Asociación Económica Integral Regional) Quince países de Asia y Oceanía han firmado el acuerdo para formar la mayor asociación comercial del mundo, abarca a 2.100 millones de consumidores y el 30% del PIB mundial.
Caminamos, en mayor o menor medida, a un lenguaje común planetario de nuestra futura civilización Tipo I, este puede ser el inglés o alguna variante que surja. Y es que, aunque es el tercer idioma materno más hablado del planeta después del chino y español, es el más utilizado a nivel económico, tecnológico, científico y artístico.
La cultura planetaria ya está en marcha, sobre todo entre la juventud. Las películas, canciones, libros, modas, arte e ideas se distribuyen a escala planetaria casi instantáneamente, gracias a las redes sociales. Como el lenguaje planetario, esta cultura está en todas partes en la Tierra, coexistiendo con la cultura a nivel local, muchos rasgos culturales locales desaparecerán.
Sin embargo, los obstáculos para alcanzar el tipo I son bastante importantes, y dependerá de lo que seamos capaces de hacer en los próximos 50 años, según opina el astrofísico Michio Kaku [3] “…Tenemos armas atómicas y biológicas, pero también tenemos mucha ideología fundamentalista. Existen dos grandes tendencias en el mundo actual: una de ellas se dirige hacia una sociedad científica, multicultural y tolerante. Pero existe una segunda tendencia, que busca el aislacionismo, el nacionalismo o el fundamentalismo. ¿Qué es el terrorismo? Es, de algún modo, la reacción contra la creación de una civilización tipo I (la mayoría de los terroristas son incapaces de articular este pensamiento): van contra la ciencia, pues quieren la teocracia, contra el multiculturalismo, quieren monoculturalismo, contra el globalismo, quieren el localismo… ¿qué tendencia prevalecerá? No se sabe, por primera vez esta civilización tiene la capacidad de destruirse a sí misma…”.
[3] Michio Kaku, es un físico teórico estadounidense, especialista destacado de la teoría de campo de cuerdas. Además, es futurólogo, divulgador científico, anfitrión de dos programas de radio, aparece frecuentemente en programas televisivos sobre física y ciencia en general y es autor de varios best-sellers.
Teoría de Olduvai.
La Teoría de Olduvai es una teoría de 1.989 postulada por el ingeniero Richard C. Duncan, basada en sus experiencias en manejo de energía y datos estadísticos. Establece que una civilización industrial tendrá una vida útil menor o igual a 100 años, contados a partir de 1.930. A partir de un máximo la humanidad irá poco a poco regresando a niveles de civilización comparables a otros anteriormente vividos, culminando dentro de unos tres mil años en una civilización basada en la caza, tal y como existía en la Tierra cuando se desarrolló la industria olduvayense, de ahí el nombre de esta teoría.
La Teoría está basada en la variación de la tasa entre la producción y uso de energías fósiles y la población mundial. Entre 1.930 y 1.979, esta tasa creció anualmente cerca del 3%, pero a partir de los años 1.980, ha disminuido de forma sostenida en cerca de 0,5% anual. El pico de 1.979 representa la cúspide de la civilización actual y hacia 2.030, esta teoría predice una tasa de producción de energía similar a la de 1.930. Ese momento se podrá considerar como el fin de la civilización actual. El colapso probablemente provenga de una epidemia de apagones generalizados en el mundo. Al faltar la energía eléctrica, se pasará de la civilización actual a una situación cercana a la de la Edad Media y a la Edad de Piedra será solo un paso más.
Este tipo de teorías apocalípticas como: La Teoría Maltusianista (1.798), según la cual el ritmo de crecimiento de la población responde a una progresión geométrica, mientras que el ritmo de aumento de los recursos para su supervivencia lo hace en progresión aritmética y llevara a la especie humana, en unos 100 años, a provocar su propia extinción. Los límites al crecimiento es un informe publicado por el Club de Roma en (1.972). La conclusión del informe fue: “si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos 100 años”.
Todas estas teorías adolecen de un fallo en común, y es no tener en cuenta el avance tecnológico, ni la capacidad de la sociedad humana a cambiar su rumbo o adoptarse a nuevas situaciones. En un determinado momento se desarrolló la revolución verde y pasamos a la producción geométrica de alimentos, quedando sin contenido la teoría Maltusiana. Después de la primera crisis del petróleo (1.973), en parte origen del informe Los límites del crecimiento, la sociedad reacciono aumentando la eficiencia en el consumo y el desarrollo de las energías renovables. De ahí el poco recorrido de este tipo de teorías.
La teoría del gran filtro.
El Gran Filtro es un argumento propuesto en 1.996 por el profesor Robin Hanson, que intenta resolver la paradoja de Fermi. Hanson comenzó explicando cómo se forma la vida en el universo y para ello estableció una serie de hitos consecutivos que son completamente necesarios:
• Formación de un sistema estelar con planetas potencialmente habitables, (Ocurrió en la Tierra hace 4.600 millones de años).
• Moléculas aptas para iniciar la vida como el ARN, (hace 3.800 millones).
• Nacimiento de vida unicelular (procariotas), (hace 3.500 millones de años).
• Evolución de vida unicelular organizada (eucariotas), (hace 1.800 millones).
• Reproducción sexual, (hace 1.200 millones de años).
• Vida pluricelular, (hace 550 millones de años).
• Animales con cerebros grandes usando herramientas, (hace 6 millones de años).
• Dominio del planeta por parte de una civilización, (hace 200 años).
• Primeros intentos de exploración a otros planetas, (Actualidad).
• Explosión de colonización estelar, (futuro).
Hanson explica que, si no hemos sido capaces de encontrar vida de ningún tipo en el universo, es porque en alguna de estas fases desde las primeras moléculas, hasta la civilización Tipo: III, hay un filtro prácticamente imposible de sobrepasar que la destruye antes de que llegue más lejos en términos evolutivos. La cuestión es… ¿Qué filtro es ese? y lo más importante ¿Lo hemos pasado ya?
Podemos estudiar diferentes escenarios:
1. El Gran Filtro está detrás de nosotros: Si esto ocurre podría ser extremadamente inusual que la vida llegue a nuestro nivel de inteligencia. Esta posibilidad es muy “humana” somos una especie profundamente egocéntrica y nos gusta al extremo ser los únicos (la tierra el centro del universo, Dios a nuestra imagen y semejanza…).
Existen varios candidatos a ese gran filtro que ya hemos superado. La primera vida trado mas de 800 millones de años en aparecer en el planeta (hemos realizado multitud de experimentos para crear esa primera vida y no lo hemos logrado), eso implicaría que no existe ningún tipo de vida en el universo. Tardo más de 1.800 millones de años en aparecer las células complejas (eucariotas), este es el mayor salto temporal, podría haber vida en el universo, pero ser vida celular simple. La vida pluricelular tardo casi 700 millones, la inteligencia 500 millones, y por último la tecnología solo 6 millones.
2. El Gran Filtro está delante de nosotros: Esto sugiere que la vida evoluciona periódicamente hasta donde estamos nosotros o un poco más lejos, pero hay algo que impide a la vida avanzar más allá y alcanzar una inteligencia superior.
Un Gran Filtro futuro puede ser, un suceso natural catastrófico que ocurra periódicamente. Otro candidato, es que todas las civilizaciones acaben autodestruyéndose una vez alcanzan un cierto nivel tecnológico. Podría ser un agotamiento irremediable de recursos. Una guerra global que acabara con la civilización. Una enfermedad…
3. Somos de los primeros: Esta posibilidad indicaría que las condiciones de vida inteligente en el universo estén desde hace poco tiempo. En ese caso, nosotros, junto con muchas otras especies, podríamos estar dirigiéndonos a la super inteligencia, y simplemente no habría ocurrido todavía.
Un ejemplo de fenómeno (que haya retrasado la aparición de vida inteligente en el universo) puede ser el predominio de brotes de rayos gamma, explosiones increíblemente grandes que hemos observado en galaxias lejanas. De la misma manera que la Tierra primigenia tardó unos cientos de millones de años antes de que amainaran los asteroides y los volcanes y la vida fuera posible, podría ser que, en los primeros miles de millones de años, el universo estuviera lleno de acontecimientos catastróficos, como los brotes de rayos gamma que incinerasen todo e impidiesen que la vida se desarrollase más allá de una cierta fase. Tal vez ahora nos encontramos en un cambio de fase astrobiológica y esta es la primera vez que una forma de vida ha podido evolucionar tanto tiempo ininterrumpidamente.
4. No hay gran filtro: Por lo tanto, se han podido desarrollar grandes civilizaciones, que no hemos sido capaces de detectar, ni ellas a nosotros. Este es el meollo de la paradoja de Fermi.
La Vía Láctea es brutalmente grande y vieja, esas civilizaciones podrían estar en la otra punta de la galaxia o encontrarse en otra galaxia distinta. ¿Cómo íbamos a enterarnos? Pudiera ser, que nuestro entorno esté lleno de señales que indican vida extraterrestre inteligente pero que nosotros no podamos verlas. Tal vez nuestra tecnología no es lo suficientemente avanzada, o puede que no estemos mirando las señales adecuadas.
5. El gran filtro es una civilización: Podría haber una civilización ahí fuera cuidando de que ninguna otra superara cierto nivel tecnológico. Puede ser una civilización superdepredadora a la caza de otras civilizaciones. También puede ser que exista una supercultura observándonos, como si fuéramos animales en un zoo, desde su propio sistema solar.
En cualquier caso, estas dos últimas hipótesis son las menos probables de todas.
Por definición, una civilización avanzada debe crecer más rápidamente que la frecuencia con la que las catástrofes amenazan su existencia. Un gran meteorito tiene lugar una vez cada pocos miles de millones de años. Las edades de hielo tienen lugar cada decenas de miles de años. La contaminación global es una amenaza mortal para una civilización del Tipo 0. Los problemas internos, como las guerras, las pandemias, las crisis, hacen que sean una grave amenaza recurrente.
Por tanto, las civilizaciones emergentes tendrían “solo” unos pocos miles de años para resolver sus conflictos raciales, nacionales y sectarios. Para sortear las diferentes posibles catástrofes, debemos ser capaces de dominar los viajes espaciales, de aprender a dominar el clima, de lograr un equilibrio ecológico en el planeta.
Nueva Instrumentación Astrofísica.
Todo lo anterior podríamos agruparlo dentro de las hipótesis o especulación científica, pero lo bueno viene a partir de ahora. Durante muchos años los planetas más allá de nuestro sistema solar (exoplanetas), existían únicamente en teoría y en historias de ciencia ficción, ya que no se disponía de ningún medio técnico para detectar estos planetas. Sin embargo, esto ha cambiado drásticamente en las dos últimas décadas, gracias a los avances de la tecnología y las capacidades de observación, tanto en la Tierra como en el espacio. Con estos avances, los exoplanetas dejaron de ser una idea o parte de una historia y se convirtieron en realidad.
En 1.992, Alex Wolszczan y Dale Frail anunciaban el descubrimiento del primer planeta extrasolar. Desde entonces, y en apenas tres décadas, los sucesivos avances tecnológicos, han permitido descubrir más de 4.500 planetas extrasolares (en los próximos años se estima que encontraremos más de 20.000), gracias a los impresionantes satélites enviados al espacio en los últimos años, tales como: Corot (CNES-ESA), Kepler (NASA), Gaia (ESA), Tess (NASA), Cheops (ESA).
Por otro lado se están diseñando y construyendo una nueva generación de instrumentación astrofísica que revolucionara el estudio de estos exoplanetas, como los satélites Plato (ESA) o Ariel (ESA), los grandes telescopios como James Webb (CSA-NASA-ESA), TMT (Internacional), E-elt (ESO), GMT (Internacional), o los radiotelescopios gigantes como FAST (China) o SKA (Internacional).
Hasta ahora, el principal objetivo de la ciencia ha sido el descubrimiento de nuevos exoplanetas obteniendo una pequeña información sobre ellos, como tamaño, cercanía a su estrella y masa, para ello se han utilizado técnicas del tipo: velocidad radial, tránsitos, modulación orbital del brillo, micro lente gravitatoria, entre otras. Para obtener más información sobre ellos, tendremos que esperar a la nueva instrumentación que aportara nuevas técnicas de análisis y alta resolución, como la técnica llamada espectroscopia en tránsito para llevar a cabo mediciones de la atmósfera de algunos de estos planetas.
Actualmente el interés por esta nueva ciencia, se está desarrollando a una velocidad asombrosa, extendida mundialmente por toda la comunidad científica, creándose numerosos proyectos como el proyecto Carmenes (Calar Alto España), o los múltiples proyectos financiados por la Unión Europea en su programa Horizonte 2020, que podemos ver a través de la aplicación CORDIS.
Establecer una clasificación inicial de los exoplanetas es complicado, ya que todavía están por descubrir gran cantidad de ellos y por tanto podemos llevarnos muchas sorpresas. Los científicos establecen esta clasificación en base a sus masas, que va de menor a mayor masa, son: las tierras, supertierras, neptunianos y jovianos (gigantes gaseosos). Dentro de estas categorías los científicos han teorizado sus características en base a sus temperaturas, parámetros orbitales o composición. Por otro lado, se piensa que muchos planetas puedan tener superficies líquidas en lugar de sólidas o gaseosas, así como otras características distintivas y peculiares, estableciéndose otras clasificaciones como: planetas pulsar, de carbono, citonico, doble, de lava y un largo etc.
Como hipótesis de trabajo asumimos que para que un planeta sea habitable, se debe cumplir que tenga una fuente de energía (una estrella o su propio calor interno), una cierta abundancia de átomos esenciales para la vida (C, N, O, P, etc.) y que exista agua en forma líquida. Si aplicamos estas condiciones a la superficie del planeta, ello permite definir la denominada zona habitable, que es el rango de distancias orbitales alrededor de una estrella donde un planeta tiene un clima estable y su temperatura permite que el agua esté en forma líquida.
Las futuras observaciones de telescopios en tierra con la técnica de la espectroscopía de alta resolución, permitirá un análisis detallado de las atmósferas de los exoplanetas. La detección de diferentes moléculas, como por ejemplo agua, dióxido de carbono y amoniaco, permitirá a los astrónomos aprender más sobre las condiciones atmosféricas de los planetas. Haciendo medidas a lo largo de la órbita del planeta, los astrónomos podrían incluso ser capaces de detectar cambios atmosféricos entre la mañana y la tarde del planeta o si existe vida y en qué grado de evolución se encuentra.
ESTOY CONVENCIDO QUE EN POCOS AÑOS LOS CIENTIFICOS ANUNCIARAN EL DESCUBRIMIENTO DE UNA PRECIOSA TIERRA NO MUY LEJOS DE AQUI……