Agosto suele ser un mes en el que la actividad agrícola disminuye considerablemente. Tan solo si tienes forraje, dar un corte a la alfalfa, regar la superficie de verde, con un sistema de riego totalmente automatizado o algún tratamiento químico. En nuestro enfoque inicial, de optimización del uso de la maquinaria, para obtener un menor coste por hora, tratamos de utilizar los tiempos muertos, para realizar aquellas tareas en agricultura, que no se consideran prioritarias, pero que son estrictamente necesarias.
Por tanto durante ese mes, junto con parte de septiembre, dedicamos prácticamente todos los vehículos disponibles a nivelar y refinar las parcelas, principalmente las de regadío. Esta es una labor fundamental desde la nueva concentración parcelaria. Recordemos que como consecuencia del diseño de las nuevas parcelas circulares de 100 Ha, estas se formaron, como suma de varias antiguas parcelas con pendientes diferentes, o parte de viejos caminos, arroyos y desagües, es evidente que se necesitaba una nivelación o al menos un refinado completo si queremos obtener el máximo rendimiento.
El nivelado es una tarea de fuerza básica, consiste en transportar tierra de los altos a los bajos. La nueva maquinaria de precisión, nos permite una optimización total en la realización del trabajo, ya que con los modelos digitales del terreno en alta resolución y con software de movimiento de tierra, se consigue comunicar a los vehículos las órdenes precisas para evitar trasladar la tierra un metro más de lo necesario, o no mover un metro cubico de tierra que no sea preciso.
Entre las parcelas en las que se había completado un nivelado preciso, se las realizaba un seguimiento anual, gracias a que todas las máquinas que trabajan en ella, tienen un sistema de posicionamiento GPS georreferenciado, esto implica un modelo digital del terreno, muy preciso y actualizado en el tiempo. Con ello se obtiene un parámetro, que nos mide las pequeñas irregularidades del terreno, sobre el óptimo en nivelación. Si ese parámetro supera un determinado valor, esa parcela es adjudicada a un refinado durante esa campaña.
Para estas tareas disponemos de dos tipos de equipos diferentes, por un lado un tracmata con un equipo de refinado y otro equipo de nivelado formado por una traílla. Ambos equipos se controlaban por láser.
En general las parcelas que dedicamos a refinarlas, son parcelas que salen de cereal, el primer paso es empacar y retirar la paja, para facilitar la labor de movimiento de tierra. Esta es la paja que se utiliza en la ganadería de ovino, de la que hablaremos en otro momento, en el resto de parcelas de regadío, la paja se pica y se incorpora a la finca.
Posteriormente se realiza un vuelo con un dron especializado en datos geográficos georreferenciados, estos datos son enviados por wifi al ordenador central, una vez en el centro de control, el técnico determina, con ayuda del software de movimiento de tierra, cual será la pendiente definitiva, en función sobre todo, de un mínimo movimiento de tierras y de los desagües planificados en la parcela. Una vez definido completamente el trabajo, la información es enviada, a los diferentes vehículos, el software calcula a su vez la duración total del trabajo, teniendo en cuenta que los vehículos trabajaban 24 horas al día.
La desigualdad en el nivel de la tierra, tiene un efecto importante en el manejo del cultivo y sus rendimientos. Estos desniveles en el terreno producen un irregular reparto del agua de riego, lo cual es muy negativo en nuestros suelos arcillosos, utilizando más agua para humedecer completamente el suelo, produce un aumento de la maleza y que los cultivos tengan una maduración desigual. Todos estos factores resultan en reducción de los rendimientos y la calidad de la cosecha que se espera tener. Refinar la parcela, mejora el drenaje superficial y elimina los efectos negativos de la erosión, provocando, por lo tanto una mejor conservación del suelo.
Tradicionalmente la tarea de nivelar una parcela, se ha considerado una labor cara económicamente hablando. Actualmente es una tarea muy a tener en cuenta, ya que la amortización de estos equipos es 10 veces inferior a lo que era antes. En cuanto al parámetro energía, la producción es propia, si bien yo puedo verter esa energía a la red, el verdadero interés de producir energía es consumirla. El siguiente parámetro a tener en cuenta es la mano de obra, volvemos al viejo concepto de coste de oportunidad, si tengo a un grupo de técnicos contratados, es mejor que estén desempeñando una misión útil, a que estén perdiendo el tiempo en la nave. Al final podemos concluir que una labor que antes se consideraba de las más caras, ahora es razonablemente económica.
Manejar 23.000 Ha. procurando que se realicen las labores adecuadas, en el momento preciso para cada producto y optimizar el uso de la maquinaria, no es una tarea fácil. Para ello teníamos a Dasoli, que era ingeniero agrícola, experto en optimación de procesos, dedicado en exclusiva a esta tarea y gerente de la empresa de servicios al cargo de toda la maquinaria. La programación de todos los trabajos la realizaba en colaboración con Rucila[1], gerente de la empresa agrícola propietaria de todas las parcelas, y con Mapuca, que era el gerente de la empresa encargada de la transformación de productos, de esta empresa hablaremos en otro momento.
[1] Rucila. Su función principal es la gestión del tiempo y la monitorización de la productividad de los distintos procesos de agricultura. Master en análisis de datos (Data Scientist), que se ocupa de examinar y procesar grandes porciones de información (Big Data).
Cuando visite el taller de reparaciones invitado por Dasoli, nos comentaba que el 100% de todas las reparaciones se realizaban en el. El concepto de taller, había cambiado radicalmente en las últimas décadas. Al entrar, te encontrabas que era un espacio blanco, limpio, perfectamente ordenado, te venía a la cabeza cualquier cosa, excepto lo que recordábamos, como un antiguo taller de tractores en cualquier pueblo.
La utilización de un tractor hace 15 años, no pasaba de las 800 a 1.000 Hr/año y cuando superaba las 10.000 horas, ya se consideraba que el tractor era viejo. Actualmente estamos en utilizaciones medias de los tracmatas superiores a 4.800 Hr/año, con una vida útil estimada superior a las 100.000 horas, aunque este es un parámetro en discusión, ya que no hemos llegado en los nuevos modelos a superar ese límite.
Esto se consigue, gracias a varios factores, en primer lugar tenemos motores eléctricos en vez de combustión, las ventajas de los primeros, son evidentes, además de su menor tamaño, peso y su sencillez técnica, son motores que tienen un ciclo de vida, mucho mayor que uno de combustión. El resto de sistemas como el hidráulico, baterías, electrónica, chasis, se han realizado con nuevos materiales de mayor resistencia, pensando en la duración del propio motor eléctrico.
El riguroso auto-mantenimiento que tiene el vehículo, le permite aumentar considerablemente su ciclo de vida, por lo tanto en el diseño de estos nuevos vehículos, se ha dejado atrás, el viejo principio de obsolescencia programada[2] y todas las marcas, se han volcado en diseñar sus vehículos con la máxima vida útil.
[2] Obsolescencia programada u obsolescencia planificada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Todas las piezas que componían la maquinaria agrícola, que pudieran tener un desgaste o una rotura por esfuerzo estaban monitorizadas. Podríamos decir que un apero, un tracmata o cualquier otro vehículo, tenía cientos de sensores, la mayor parte de ellos consistían en micrófonos, tensiómetros y micrómetros de contacto, constituían el verdadero sistema nervioso del equipo, estos sensores estaban conectados a una o varias subunidades de control, que analizaban y filtraban los datos, con el fin de que a la unidad de control central del equipo, solo le llegara la información relevante. De tal forma que se realizaba un mantenimiento preventivo, aquellas piezas que presentaban una determinada fatiga, que “sonaran” diferentes, se detectara un ligero desgaste o que habían acumulado el número de horas límite que había estipulado el fabricante, eran sustituidas.
Las piezas nuevas se realizaban, en las impresoras 3D de las que disponía el taller. Cada vez que comprabas una máquina, tenías la opción de añadir entre sus especificaciones, la licenciación de los planos de las piezas más relevantes. Esto tenía un doble beneficio, a nosotros nos permitía realizar un mantenimiento preventivo muy económico y la empresa fabricante tenía su pequeño beneficio al licenciar los planos de esas piezas.
Con la inmensa variedad de materiales de los que disponemos hoy para las impresoras 3D, plásticos, polímeros, metales líquidos, derivados de grafeno, etc., prácticamente somos capaces de reproducir la totalidad de las piezas de nuestros vehículos.
En función del tipo de material, en la mayor parte de los casos, las piezas retiradas se refundían, se depuraban y pasaban nuevamente a alimentar a la impresora 3D, cerrándose el ciclo. Resultando que el coste de reparación y mantenimiento de maquinaria muy compleja, era muy inferior al de décadas anteriores y se realizaba íntegramente en la empresa, sin más que seguir unos protocolos técnicos rigurosos que te suministraba el fabricante.
Otra de las tendencias que se está imponiendo en el mundo de los nuevos vehículos industriales, es la posibilidad de tunearlos, pero no entendido con la antigua acepción de la palabra, de colocar chorradas en el vehículo para que su decoración o su conducción fuese más espectacular, sino añadir nuevas prestaciones y rendimientos a ese vehículo. Todo gracias al inmenso repositorio online de diseños, o lo que es lo mismo al depósito o archivo centralizado, donde se almacena y mantiene información digital. Este ecosistema posibilita que diseñadores, desarrolladores y creativos puedan subir sus objetos y puedan ser descargados, previo pago, por cualquier usuario en cualquier parte del mundo. Con estos planos digitales, en cuestión de minutos, podemos fabricar las piezas con las impresoras 3D e incorporarlas a nuestros vehículos para dotarles de nuevas prestaciones. Nosotros todavía no hemos realizado ninguno de estos tuneos, aunque estamos formando a uno de los mecánicos en estas nuevas técnicas.
Este repositorio de diseños fue posible, en parte, gracias a la fuerza del mercado, de los diseñadores independientes y de las jóvenes fábricas de vehículos eléctricos, que obligo a los grandes fabricantes, los que aún no se habían arruinado, a estandarizar la mayor parte de componentes básicos y ofrecer el despiece digitalizado de todos los elementos. Esto hizo que estos diseñadores ofrecieran piezas con nuevas prestaciones o más económicas, o con materiales de nueva generación, o que podían ser reproducidas en menos tiempo por las impresoras 3D. Al mismo tiempo que ofrecían piezas con nuevas prestaciones que se podían acoplar a estos vehículos, generalmente en el campo del control, de la adquisición de datos o con una nueva generación de sensores. Al final los vehículos se convertían con el tiempo en únicos y adaptados a los caprichos y necesidades del propietario, unos verdaderos Frankenstein.
En este punto es interesante reflexionar con lo que ocurrió en el mercado laboral, como siempre que se inicia una verdadera revolución, esta trae consigo la anulación o desaparición de multitud de trabajos. Paso con la primera revolución industrial, con la aparición de la informática, con la robotización y está pasando ahora con la inteligencia artificial, los nuevos materiales o las impresoras 3D. Siempre desaparecen multitud de viejos y obsoletos empleos, pero a la vez, las nuevas tecnologías traen multitud de nuevas ocupaciones, al final el balance es positivo, es decir cada una de estas revoluciones ha creado más puestos de trabajos que los que ha destruido.
Hoy es inconcebible pensar que pueda haber una persona segando a mano una parcela de cebada, que este en una cadena de montaje, o sentada frente a una centralita de teléfonos. Sin embargo tenemos cientos de miles de personas, trabajando cómodamente desde su casa, situada en cualquier parte del mundo, diseñando con un software de última generación, cualquier nueva pieza o mejora de sistema, sin que nadie les haya impuesto un horario, un lugar de trabajo o un diseño concreto. Estos nuevos trabajadores, diseñan aquello que les apasiona o donde pueden expresar hasta su última gota de creatividad.
Con estas dos interesantísimas ideas, mantenimiento preventivo 3D y la posibilidad de incorporar y adaptar novedosa tecnología a tu vehículo, se estaba creando una nueva corriente muy influyente. Si la sociedad trabaja en alargar la esperanza de vida de las personas, ¿porque no hacer esto con nuestras máquinas?, la tendencia tiene bastante sentido, yo comprare un vehículo que me acompañara durante toda mi vida, le realizare los chequeos médicos o mantenimientos adecuados, le incorporare nuevas prestaciones técnicas, a medida que estas vayan apareciendo y esté interesado en incorporarlas.
Un sistema económico basado en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio, es completamente insostenible. Un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que esta explotación exigiría. Por esto se ha impuesto la idea, de que hay que ir a un nuevo concepto de desarrollo, que permita la mejora de las condiciones de vida de las personas, pero compatible con una explotación racional de los recursos del planeta y que cuide el medio ambiente. Es el llamado desarrollo sostenible. Este concepto se fue imponiendo a la vista de la disminución real y encarecimiento de las materias primas, y tuvo como consecuencia, el ir abandonando la cultura del despilfarro, del usar y tirar.
Es curioso pensar que cuando se popularizo el concepto de desarrollo sostenible, la sociedad asociaba este criterio, incluso sus propios impulsores, a movimientos conservacionistas, ecologistas, si me permitís a planteamientos un tanto retrógrados, de vuelta hacia atrás en conceptos, no se asociaba ni a alta tecnología, ni al progreso, ni a robotización, ni cosas por el estilo. Cuando el verdadero modelo sostenible es una idea totalmente opuesta a esto, ya que se basa en una muy intensa utilización de la tecnología, de la ciencia y los nuevos materiales. Hoy con un 40% más de población que a principio de siglo XXI y con el nivel industrial más elevado de la historia de la humanidad estamos consumiendo un 30% menos de recursos naturales, ya que el resto se está Reparando, Reutilizando y Reciclando.